Garrard 401

 

Garrard 401, diseñado sobre la base del 301 y como evolución de éste, realizado con las mismas estrictas normas de tolerancia para obtener una mecánica de precisión, fue lanzado en 1965 y producido hasta 1976, hoy, se ha convertido en un icono en el mundo del vinilo, valorado y buscado por amantes del sonido analógico.

Algo habrá cuando la mayoría de estas maquinas, con mas de 50 años, a poco que sus propietarios hayan efectuado su mantenimiento básico, sigan funcionando como el día en que salieron de la fabrica, y es que en aquella época se hacían las cosas para durar, no solo fueron equipos para aficionados a la música que querían un buen tocadiscos, fueron caballos de batalla de muchas emisoras de radio, estudios de grabación y discotecas de la época, donde se buscaba la robustez y calidad sonora, o como Garrard lo denominaba, de transcripción, es decir, reproducir el disco sin agregar ni dejar nada en el surco del disco.

Es sin duda uno de los tocadiscos a tener en cuenta en cualquier equipo de hoy, donde se contemple la reproducción de vinilo, y esta siga siendo superior a la digital...

En esa época Garrard vendía estos platos sin plinto y sin brazo, para que el usuario decidiera que agregar... de ahí que hoy en día sea un arte la confección de un mueble apropiado donde encajar el plato (plinto) de los materiales apropiados para un soporte firme y un desacoplo de las vibraciones perfecto, la elección de un brazo y su ajuste, para una "transcripción" de esos surcos con ondulaciones de un vinilo en una autentica experiencia musical...

En esta ocasión abordaremos la restauración completa de este modelo, así como la fabricación de un plinto  medida realizado en madera maciza de nogal y palisandro. Para el brazo se ha empleado un SME 3012.

El plato no ha tenido una vida fácil, ha estado trabajando en una radio, es de imaginar que una vez instaurado el CD, este Garrard se guardó en un trastero.


Lo primero es desmontar por completo, limpiar y revisar piezas de desgaste, sustituir las no recuperables y engrasar. Ya que está desmontado, quitaremos la pintura del plato y le daremos imprimación y nueva pintura.








Misma operación con el platter, aunque aquí hay un poco más de trabajo, hay que lijar y quitar la pintura de las muescas del estroboscopio.




Una vez la pintura se ha secado por completo, se monta y se sustituye la placa de control ya está en muy mal estado.



Terminado el plato, se empieza a construcción del plinto. Se parte de un tablón de nogal español, con el que se realiza la base superior y un marco. Se utilizará palisandro para el zócalo, buscando una combinación de maderas.

Tablón empleado como materia prima

Se cortarán dos trozos consecutivos, partiendo de la parte superior, se planifican y se unen buscando el punto en que se disimule al máximo la unión, utilizando clivillas, cola de carpintero y sargentos.


Se planifica dónde irá el plato y el brazo, una vez marcado se fresa. Doble trabajo, ya que irá enrasado al plinto.



Se corta la madera que se usará para el marco, fresando un bisel a 45 grados.


El marco se corta a 45 grados y se une a la base, con ayuda de sargentos y tensor para esquinas.


Una vez seco, se lija prestando mucha atención en las uniones.


Se corta el palisandro para el zócalo y se realiza la misma operación.


Se une al conjunto


Se lija y se aplica 6 capas de barniz de poliuretano de dos componentes, lijando entre capa y capa.


Luego viene el proceso de pulido, primero con un pulimento más agresivo y luego uno más fino para sacar el brillo.


Se monta el plato, se añade toma IEC, el brazo SME 3012 y las tomas RCA traseras. Para las patas se utilizan unas de 60 mm de diámetro, especialmente diseñadas para platos de peso y dimensiones considerables. Por último se incorpora también un logo, mecanizado para este plinto.





Video ya terminado:

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